El que necesite urgentemente mi ayuda, debe hacer tres novenas de petición, y asimismo tres novenas de agradecimiento. 
(Palabras de la Virgen María a Fortunata Agrelli)

CÓMO REZAR LA NOVENA: 

1) Señalamos en el calendario el día en que comenzamos la novena.
2) Toda la novena dura 54 días y se divide en dos partes: 1° la de petición y 2° la de agradecimiento. Cada parte dura 3 x 9 días. 
3) Toda esta novena se reza con una sola intención. 
4) Cada día rezamos tres partes del santo rosario (gozosa, dolorosa y gloriosa), siendo la luminosa opcional. 
5) Los introductorios Credo, Padrenuestro, tres Avemarías y Gloria se rezan obligatoriamente antes de la primera parte. 
6) Antes de comenzar cada una de las respectivas partes presentamos a Dios nuestra intención diciendo: “Este rosario lo rezo para honrarte a Ti, Reina del Santo Rosario”. 
7) Después de terminar cada una de las tres [o cuatro] partes  rezamos la oración final.
8) Después de terminar cada respectiva parte con su correspondiente oración final, repetimos tres veces: “Reina del Santo Rosario, ruega por nosotros”. 


ORACIÓN FINAL DE PETICIÓN:
Acuérdate, o piadosísima Virgen del Santo Rosario de Pompeya, que jamás se ha oído decir que ninguno de tus devotos que con el rosario en mano han acudido a tu protección, haya sido abandonado de Ti. No desprecies, o Madre del Verbo eterno, mis humildes súplicas, antes bien, gracias al rezo de tu santo rosario, y a la predilección que tienes por tu santuario de Pompeya, escúchalas favorablemente. Amén.


ORACIÓN FINAL DE AGRADECIMIENTO: 
¿Qué Te puedo dar, o Reina llena de amor? Te consagro mi vida entera, con todas mis fuerzas voy a difundir tu honra, o Virgen del Santo Rosario de Pompeya, porque cuando Te pedí ayuda, Dios con su gracia vino en mi auxilio. En todas partes voy a dar testimonio de la misericordia que me hiciste; según mis posibilidades, voy a difundir el rezo del santo rosario; frente a todos voy a dar testimonio de la bondad con que me trataste, para que otros pecadores, tan indignos como yo, acudan con confianza a Ti. Ojalá supiera todo el mundo lo bondadosa que eres, lo compasiva para con los que sufren. Entonces todas las criaturas acudirían a Ti. Amén.

Nuestra Señora del Rosario de Pompeya

Al margen: Rezando por algo, siempre debemos dejar al juicio de Dios la forma y el tiempo de escucharnos. Sólo Él sabe si conviene o no conviene hacernos caso, respecto a nuestra salvación o a la de los demás, y si merecemos ser atendidos. A nosotros en la oración nos toca hacer todo lo posible para merecer el cumplimiento de nuestro ruego, sin embargo, lo más importante es siempre nuestra disponibilidad a aceptar la voluntad de Dios, sea cual fuere. El único bien verdadero es la eterna salvación y rezando nos acercamos cada vez más a ella.