616.- ¿Deja de estar Jesús en el cielo cuando está en la hostia? - Cuando Jesús está en la hostia no deja de estar en el cielo, mas se halla al mismo tiempo en el cielo y en el Santísimo Sacramento. 
617.- ¿Se halla Jesucristo en todas las hostias consagradas del mundo? - Sí, señor; Jesucristo se halla en todas las hostias consagradas. 
618.- ¿Cómo puede ser que se halle Jesucristo en todas las hostias consagradas? - Por la omnipotencia de Dios, al cual nada es imposible, se halla Jesucristo en todas las hostias consagradas. 
Catecismo Mayor, Edición de 1973, Capítulo IV. 

Rostro de la estatua de 
madera de Jesús en la que 
se conserva la 
Hostia milagros

El conde Vifredo, en 887, fundó un monasterio en el Pirineo catalán, alrededor del cual se agrupó pronto la población que hoy se llama “San Juan de las Abadesas”, en la provincia de Gerona y diócesis de Vich, a las orillas del río Ter. 

En 1251 se construyó para la iglesia del monasterio un grupo escultórico de madera, representando el descendimiento de la Cruz: lo componían las imágenes de Jesús y su Madre, José y Nicodemus, con San Juan, el discípulo amado, y los dos ladrones. Las esculturas, que sobrevivieron a la época roja de 1936, están dotadas de un gran sentimiento y emotividad. La cabeza, sobre todo, de Jesús, es de una imponente hermosura. Y en la frente de ella mandó abrir el artista una cavidad de unos seis centímetros de diámetro, con el fin de colocar dentro la Sagrada Eucaristía. Y así se hizo, depositando una Hostia consagrada dividida en tres fracciones. 

El caso es que la memoria de aquella Hostia oculta en la cabeza del Crucifijo se había borrado al llegar al siglo XV. Pero en 1426, al renovar la pintura de las imágenes y observar que la del Crucifijo tenía en la frente una placa de plata, hallaron dentro un pequeño lienzo de lino blanco, y, envuelta en él, la Hostia consagrada en 1251 del todo incorrupta, que en adelante fue venerada allí mismo durante cinco siglos con el nombre de “Santísimo Misterio de San Juan de las Abadesas”. 

Fuente: Fray Antonio Corredor García OFM, 
Prodigios eucarísticos, Apostolado Mariano, 
Sevilla, pgs. 36 - 37.