«¡Oh Madre!, mis cabellos han encanecido y estoy cerca de la tumba. No me atrevo a detener la consideración sobre mis iniquidades, y más que nunca tengo necesidad de refugiarme bajo el manto de vuestras misericordias. Cuando en la hora suprema, compareceré ante vuestro augusto Hijo, dignaos constituiros mi protectora, y recordar que me visteis, en el día de vuestras manifestaciones, arrodillado y creyente, bajo la bóveda sagrada de vuestra Gruta de Lourdes»
J. B. Estrade
«El 20 de agosto de 1886, —escribe el Dr. Boissarie— presencié por primera vez una curación milagrosa, que creo que no puede explicarse científicamente de ninguna manera. El hecho en sí mismo es muy simple y no planteó ninguna dificultad para comprobarlo. Una mujer llamada Celestine Dubois tuvo durante siete años una aguja rota clavada en la mano. La consecuencia de esto eran constantes dolores que sentía la mujer. La mano estaba hinchada, los dedos crispados y fuertemente doblados. A menudo se habían hecho intentos para sacarle este trozo de aguja de las mano de la pobre víctima. Se hicieron incisiones, le expandían artificialmente la herida así creada, pero todos estos esfuerzos no tuvieron éxito.
Bueno, esta mujer sumergió su mano en el estanque de Nuestra Señora en Lourdes y, después de unos minutos, la aguja se movió repentinamente en un espacio de unos 8 centímetros en unos minutos y salió por la punta del dedo gordo. El camino que la aguja delineó de esta manera formó una especie de surco rojo, más grueso al principio, y en la última parte de su paso solo subcutáneo. Este camino, estudiado meticulosamente a través de una lupa, mostraba la boca al final, pero no se veía ninguna entrada. Entonces, ¿cómo pudo la aguja durante siete años profundamente incrustada en los tejidos musculares de la mano liberarse tan repentinamente y con tal velocidad pasar debajo de la piel, sin detenerse, sin tropezar con ningún obstáculo, allanando su camino durante ocho centímetros de largo? Este hecho no puede explicarse absolutamente de una manera natural, así que dejó una impresión indeleble grabada en mi mente ... La curación arriba mencionada se hizo muy famosa.»
Así es como el Dr. Boissarie termina su informe.
Fuente: Leon Pyżalski CSsR, Matka dzieci Bożych. Czytania majowe z przykładami sposród uzdrowień lourdskich, Kraków 1937, ss. 66-67.