LA COMUNION DEL MUDO
Todos los años, el día 13 de abril, se conmemora en la Catedral de La Rochela, el siguiente prodigio.
En 1461, había en dicha ciudad un pequeño niño privado del uso de la palabra, y era tan piadoso que no se hallaba bien sino en la iglesia. Un día de Pascua, estando con su madre en el templo, vio que un sacerdote administraba la sagrada Comunión a los fieles. Al instante brillaron los ojos del pobre niño, y todos sus ademanes indicaban el ardiente deseo que tenía de recibir la santa Hostia.
La madre, inspirada de Dios se acerca al sacerdote, y le pide la Comunión para su hijo; pero el ministro del Señor no juzga conveniente administrársela. La mujer empieza a derramar lágrimas, el niño se arrastra de rodillas hasta llegar a los pies del sacerdote, junta las manos, y su mirada suplica con fervor angelical. Enternecido el ministro de Dios, accede, por fin, a tan vivos deseos. No bien la sagrada Forma hubo tocado la lengua del
niño, se dejó oír una voz juvenil y alegre que decía:
—Nuestra ayuda en el nombre del Señor.
La madre exclamó:
—¿Eres tú quien hablas, hijo mío?
—¡Sí, madre mía..., gracias a Dios!
Y el pueblo glorificó al Señor entonando el "Te Deum laudamus".
(Semana Católica, Madrid, 23 julio 1882)